Internet se está reinventando. Todo está cambiando en la llamada red de redes. Las webs 1.0, las páginas tradicionales que conocíamos hasta ahora donde los contenidos apenas se actualizan y son meramente soportes informativos, están siendo sustituidas por una nueva versión de webs, las conocidas como webs 2.0.
En ellas, el flujo de información es constante, porque son los propios usuarios del portal quienes crean y comparten los contenidos. Una nueva forma de comunicación, la 2.0, interactiva, con mayor capacidad para segmentar los públicos a los que dirigir el mensaje, y sobre todo menos costosa.
Y como ejemplo de ello, el programa GAP, iniciativa que se acaba de lanzar en España para proteger el medio ambiente desde los hogares utilizando para ello herramientas web 2.0, como una red social que potencia la participación y sensibilización ciudadanas.
El objetivo es cambiar los hábitos de vida de los ciudadanos hacia un estilo más sostenible, pero no se trata de decirle al ciudadano lo que tiene que hacer con respecto al consumo de agua y energía o cómo gestionar los residuos, sino preguntarle qué quiere hacer o cuáles son sus necesidades.
A partir de ahí, cada uno decidirá hacia donde orientar sus hábitos cotidianos para cuidar de nuestro planeta.
En ellas, el flujo de información es constante, porque son los propios usuarios del portal quienes crean y comparten los contenidos. Una nueva forma de comunicación, la 2.0, interactiva, con mayor capacidad para segmentar los públicos a los que dirigir el mensaje, y sobre todo menos costosa.
Y como ejemplo de ello, el programa GAP, iniciativa que se acaba de lanzar en España para proteger el medio ambiente desde los hogares utilizando para ello herramientas web 2.0, como una red social que potencia la participación y sensibilización ciudadanas.
El objetivo es cambiar los hábitos de vida de los ciudadanos hacia un estilo más sostenible, pero no se trata de decirle al ciudadano lo que tiene que hacer con respecto al consumo de agua y energía o cómo gestionar los residuos, sino preguntarle qué quiere hacer o cuáles son sus necesidades.
A partir de ahí, cada uno decidirá hacia donde orientar sus hábitos cotidianos para cuidar de nuestro planeta.